Rodrigo González, líder indiscutido del primer equipo de básquet del club Huracán, recién ascendido a la segunda categoría provincial, charló con Toquedeportivo.com y contó de todo, pero lo que quedó claro es la pasión y el amor que desde chico le inculcaron por la naranja. Disfrutá y conocé un tremendo jugador de básquet, entrenador y árbitro en constante crecimiento, pero sobre todo un tipo excepcional.
-¿Cuándo comenzaste con una pelota de básquet en la mano?
-Desde los 4 años con mi viejo en Deportivo, después él se fue y a los 10 años más o menos, en el 2001 o 2002 que estoy en Huracán. Más de 20 años.
-¿Por qué siempre la camiseta Nº 14?
– Uso la 14 porque viene de herencia familiar, la usó mi abuelo, el padre de mi papá, después mi papá, siguió la tradición mi hermano más grande (Gastón), hasta que yo empecé a jugar en primera y mi hermano más chico (Luciano), también la usaba en las divisiones inferiores, hasta que llegó a primera, ahora la tengo yo (risas).
-¿Cómo fue compartir equipo con tus hermanos y tu viejo?
-Y, difícil para mi vieja (risas), recuerdo que el día de la madre nos tocaba jugar y nos íbamos a jugar dejando sola a mi vieja. Pero cuando llega la hora de festejar se te vienen un montón de cosas a la cabeza y lo hacen el triple de emotivo. La verdad que raro pero espectacular a la vez. No sé si habrá otro equipo con tantos integrantes de una misma familia, además del técnico compartiendo el plantel. Tampoco jugamos mucho juntos, fue solo un año pero lo disfruté muchísimo, hemos tenido ese privilegio.
-¿Qué difícil habrá sido para el viejo decidir quien juega o quién no?
-No sé pero puede ser, me acuerdo en los asados a mi papá le decían bueno con cuál te quedas. Y el siempre respondía lo mismo, me quedo con la defensa del Luciano, la penetración del Rodrigo y el lanzamiento del Gastón (risas), así contestaba sin jugarse ni quedar mal con alguno.
-¿Tuviste algún espejo en quién mirarte o alguien a quien admires en el deporte?
La verdad que ídolos hay muchos, cuando era chico me acuerdo que teníamos un tele muy chiquito en una esquina de mi casa y nos juntábamos los cuatro mi papa y mis hermanos a ver los paridos de Jordan, después cuando fui creciendo viví toda la etapa de la generación dorada, tenía mucha admiración por Pepe Sánchez, Manu, El Chapu y Rubén Magnano el DT y ahora miró mucho la Euro básquet, me gusta Sergio Rodríguez «el chacho» (jugador español, base). La NBA no la veo, no me identifico con el juego, sin negar los monstruos que juegan como Stephen Curry o Lebrón (James).
-¿Debutaste rápido en primera?
Cuando tenía 16 años quería jugar en la selección, entonces cuando se iba mi viejo a eso de las 18 a la cancha, yo empezaba a entrenar a las 20, pero me iba con él y me cruzaba al gimnasio hasta que me tocaba entrenar, entrenaba con mi categoría y después me quedaba a entrenar con los más grande. Así estuve más de un año, mejoré mucho el nivel y mi viejo me ponía en las prácticas de la primera. Los muchachos le decían que me citara a jugar con la primera, pero siempre dijo que no y así recién jugué en primera a los 18 años. Me fue cuidando para no quemarme.
-¿Que se siente haber logrado algo así, después de tantos años de sacrificio?
-Una satisfacción inmensa, una gran alegría, después de todo el esfuerzo que uno realiza, y más que este era un proyecto que inició y armó mi viejo (el querido Jorge González), hace cinco años y justo este año se terminaba y ahora hay que proyectar por otros cinco años más.
-¿En qué consistía este proyecto?
-En apostar a los pibes, a una generación de jugadores, y meterle cueste lo que cueste, hacer eventos para juntar plata, trabajar duro en los entrenamientos, el compromiso de todos para dejar de lado todo por el equipo y bueno, creo que en esos 5 años dos títulos a nivel provincial, no es poco y le dan la razón.
-¿Es impresionante la pasión que les inculcó a sus dirigidos?
-Sí, te transmitía eso, nosotros viajamos a Santiago a Santa Fe, La Pampa, San Luis, La Rioja y siempre nos llevaba el. Siempre llevaba dos que no eran muy dotados en el juego y de los otros 10, 8 eran kamikazes y solo dos que jugaban bien, era defender a muerte y después vemos. Así ganamos varios torneos. Cuando yo quedo en la selección me pusieron a defender y yo en Huracán casi que nunca defendí, pero siempre nos inculcó eso defensa y garra, yo en ese momento quedé en la selección por defender y poner lo que había que poner.
-¿Bueno y llegó el momento que tuviste que hacerte cargo?
-Después de lo que pasó con mi viejo, se armó una reunión, con la gente de la subcomisión de padres. Me habían dicho que quería hacer, si tenía ganas de seguir, si me sentía bien. Habían pasado tres días, creo que cualquiera hubiera dicho no, prefiero quedarme con mi familia, pero allá caímos los tres, Gastón Luciano y yo. Y bueno llegó el momento de decidir y lo único que les pedí a todos, es que no nos dejaran solo. Mi viejo estuvo laburando en el club, siempre solo y lo que le pasó, parte de culpa se la llevó esa situación, de estar peleando siempre prácticamente solo… (La voz quebrada denota u dolor).
-¿Y después te calzaste el buzo de DT?
-(risas) Si, fue más por necesidad que por ganas. Ahí le daba una mano al equipo pero bajé mi rendimiento. No entrenaba bien, porque perdía tiempo explicando alguna situación puntual, en lugar de entrenar una hora y media seguida, capaz que entrenaba 30 minutos.
-¿Y este año agarra el Alejo y se acomoda todo?
-Sí, cuando empezamos no sabíamos quién iba a dirigir, y después llegó el Alejo, hizo el trabajo que tenía que hacer. Trabajamos bien en defensa, cada vez que jugábamos partidos complicados nos pasaba las estadísticas de los jugadores de ellos, una especie de scouting, y bueno empezamos a ganar y así se dieron las cosas.
-¿Qué cambio esta temporada para dar el salto?
-Creo que el crecimiento de todos, la regularidad, Alejo habló con el Juanma (Martínez) y se comprometió como nunca antes, el grupo fue muy importante, se unió mucho más y eso creo que fue el plus.
-¿Y ahora cuál es el objetivo en la A2?
-Va a ser difícil, creo que vamos a dar pelea pero somos realistas en que está todo muy parejo. Lo ideal sería mantenernos en la categoría. Igual el objetivo va a ser bien alto, queremos pelear arriba.
-¿En lo personal te recibiste de Profesor de Educación Física y ahora qué?
-Sí, terminé la carrera de Educación Física en el Jorge Coll y ahora estoy estudiando la Licenciatura que es un año más. Eso te abre muchas más puertas y está bueno especializarse
-¿En qué creciste después de lo de tu viejo?
-Empecé a compartir más cosas con mi familia, cosa que antes no me daba cuenta, valorar más y además y fundamental no darle importancia a lo que no lo tiene. Veo gente que se pelea por estupideces y la vida se pasa. La vida en si es fría, el tiempo no para y tenemos que seguir.
-¿Luciano repitió algunos errores de caracter, vos pudiste cambiar esas reacciones?
-Sí, creo que era peor que Luciano, puteaba al árbitro me peleaba con mi viejo, pateaba el banco, pero bueno en un momento aprendí que no podía seguir así siempre. Antes tenía ese tipo de actitudes que no ayudaban al equipo.
-¿En el juego te costaba largarla, vos como te ves ahora?
-Y si, cuando era pendejo todos los ataques los tenía que terminar yo, mis amigos me cargan todavía y dicen que soy morfon y me caliento porque no lo veo así. Ahora puedo pasar sin tocar la pelota y que haga puntos otro, no me gusta pero lo hago. Por ejemplo contra la UNC jugué todo un cuarto y no metí nada, se la pasábamos al Juanma.
-¿Y la vieja cómo está, la mimarán me imagino los tres hermanos?
-Está todo el día en la peluquería, se vive comprando ropa. Alguna que otra rabieta que se agarra con el Luciano pero está bien, el tema de la soledad nada más, que es algo lógico.
-¿Si no hubieras jugado al básquet, que deporte hubieras practicado?
Y cuando era chico, 8 o 9 años jugaba al fútbol y al básquet, me entrenaba el tano Pérsico en deportivo, era un tanque de área (risas), pero me dijeron que tenía que elegir básquet o fútbol, y decidí solo, sinceramente no me imagino sin tener una vida ligada al básquet de alguna u otra manera.
-¿Para el final algo que quieras destacar o contar sobre tus objetivos?
-Destacar el apoyo y la confianza de los amigos, la familia y la gente del club. Los objetivos personales son terminar de estudiar y si sale alguna oportunidad para irme a jugar a otro lado me voy. He hablado con gente de Chile, Mendoza o Córdoba, si se da me quiero ir a probar suerte.
Un pibe común, humilde que tuvo que crecer de golpe, justamente por un golpe tremendo, la pérdida temprana de su guía, su sostén. En lugar de caer, rápidamente se puso de pie, tomó las riendas de su vida, de su equipo y se erigió en el estandarte del globito, en el alma de un grupo de jugadores a los que alguien les inculcó que «por sus venas no corre sangre, sino pelotitas de básquet».
Por Fabián Segura/Toquedeportivo.com