Después de dos empates, le ganó 1-0 a Emelec con un cabezazo de Pinola. El arquero evitó el empate en tres oportunidades
Apoyado en otra gran actuación de Franco Armani, River consiguió su primer triunfo en la Copa Libertadores. En una noche calurosa en Guayaquil, venció 1-0 a Emelec por un cabezazo de Javier Pinola. El equipo de Marcelo Gallardo ganó luego de dos empates y con cinco puntos es líder del grupo D con Flamengo.
Parecía un partido que le quedaba cómodo a River pero el propio River se lo hizo incómodo a sí mismo. Es que el equipo de Marcelo Gallardo encontraba espacios con facilidad pero estaba impreciso. Quizá el mal estado del campo de juego puede haber influido pero, salvo en Enzo Pérez (también estuvo bien en la recuperación de pelotas), había dificultades para el traslado del balón y para dar el pase adecuado.
Fue Emelec también el que le presentó algunos obstáculos al coparle la mitad de cancha con varios mediocampistas. Entonces, los volantes de River tuvieron que doblegar esfuerzos para que el laborioso conjunto ecuatoriano no quedara en superioridad numérica. Y para que, por ejemplo, Preciado y Johnson no le hicieran el dos-uno a Montiel.
De todos modos, River prácticamente no sufrió porque las limitaciones de Emelec eran evidentes. Y en general, la defensa millonaria estuvo firme para actuar de barrera y no dejar avanzar a las camisetas azules cuando superaban la línea de mediocampistas. Sólo una vez se filtró un pase de Mondaini a espaldas de Pinola que dio lugar a la jugada más clara. Marlon de Jesús se fue solo, mano a mano, pero no pudo hacer que los hinchas locales no extrañaran al goleador Brayan Angulo (no jugó por una lesión en el tendón rotuliano derecho). Definió mal y Armani, que ya había salido muy bien para taparlo, sacó sin inconvenientes el remate que fue a su cuerpo.
Le faltaba a River ese pase preciso entre líneas que dejara descolocada a un fondo de tres hombres de Emelec, que por momentos se hacía de cinco cuando retrocedían Paredes y Johnson. Dejaba algunos espacios el equipo local. Pero Nacho Fernández no acertaba y Pity Martínez aparecía a cuentagotas. Cuando no podía prosperar en el juego por abajo, apelaba a pelotas largas para que Pratto las bajara y Borré, que se ganó un lugar desde el arranque por su buen momento, intentara ganarle en velocidad a los defensores rivales. Hasta que el 10 frotó la lámpara sobre el final del primer tiempo y ejecutó un centro justo y bien direccionado a la cabeza de Pinola, que entró solo por el segundo palo.
River sacaba una ventaja por la que no había hecho mucho, a pesar de que daba la sensación de que tenía dominado el encuentro, imponiendo su ritmo y manejando los tiempos.
En el segundo tiempo, River perdió presencia en el mediocampo pero la ganó en su arco. Armani, otra vez, se agigantó con dos tapadas clave: puños en un tiro libre y una atajada monumental en un mano a mano en tiempo de descuento.
Fuente: Clarín