El Gobierno de esa provincia se quedó con la serie Argentina-Chile porque el deporte es política de Estado y por una suculenta propuesta económica a la Asociación Argentina de Tenis.
Ni La Rioja ni Tucumán ni Salta, que habían mostrado su interés. Menos que menos Buenos Aires, que ni siquiera lo tuvo en sus planes. Allá por mediados de febrero la Asociación Argentina de Tenis confirmó a San Juan como sede de la serie de la Zona Americana de la Copa Davis frente a Chile, por un lugar en el repechaje de septiembre. ¿San Juan, una ciudad ubicada a sólo 300 kilómetros de la frontera con el país visitante? ¿San Juan, una ciudad a 600 metros sobre el nivel del mar, la misma altitud que Santiago? ¿San Juan, una ciudad sin tradición tenística? Sí, San Juan. Por su apuesta por una política deportiva que es política de Estado en la provincia y, fundamentalmente, por una propuesta económica imposible de soslayar para las arcas “austeras” de la AAT, según las propias palabras de un alto dirigente de la entidad.
A la Asociación no le sobra el dinero. Y mucho menos después de que el Gobierno kirchnerista no le pagó 7.500.000 pesos por la serie de Tecnópolis ante Serbia en 2015 y por los alrededor de 3.500.000 pesos que costó de más el duelo en el Parque Sarmiento ante Italia, el año pasado, cuando se extendió hasta el lunes.
Por eso se entusiasmaron con el proyecto del gobernador Sergio Uñac, quien prácticamente se puso al frente de las primeras charlas con la dirigencia. La propuesta fue directa: la provincia se haría cargo de los costos de la producción de la serie y además la AAT recibiría un monto fijo más que interesante. De lo primero se sabe el número: unos 35 millones de pesos, aproximadamente; sobre lo segundo hay un hermetismo bien cerrado.
A la provincia tampoco le sobra el dinero y además el peronista Uñac, a quien Mauricio Macri consideraba un interlocutor interesante, más allá de su banderas políticas, quedó en la mira de la Casa Rosada cuando el Presidente entendió que los legisladores sanjuaninos no acompañarían el proyecto de reforma previsional en los turbulentos días de diciembre de 2017.
Sin embargo, aquí el deporte -que tiene el rango de Secretaría de Estado- tiene más presupuesto que en cualquier otra provincia, teniendo en cuenta que apenas la habitan 740 mil personas, menos del 2 por ciento de la población argentina. Incluso algunos hablan de una cifra apenas inferior a la de los 1.433 millones de pesos de los que dispone Carlos Mac Allister en la Secretaría de Deporte de la Nación.
“Nuestra apuesta es por el deporte. Por eso San Juan tuvo el partido Argentina-Colombia de las Eliminatorias, el amistoso Boca-River y el Sudamericano Sub 15 del año pasado, el Top Race y el TC 2000… Ya van dos ediciones de la Vuelta internacional de ciclismo, en junio Los Pumas jugarán acá contra Gales y ahora toca la Copa Davis”, había dicho Jorge Chica, el secretario de Deporte sanjuanino, cuando se oficializó la sede de la serie ante los chilenos.
“Lo importante es saber que un evento como éste hace que el visitante gaste entre tres y cinco veces más que el turista común, que viene a pasear solamente”, aseguran en las oficinas de la Secretaría, ubicadas en el primer piso del estadio Aldo Cantoni, la sede del duelo que se jugará entre el viernes y el sábado.
La AAT, mientras tanto, observa con atención que se cumplan todos los detalles exigidos para la serie por la celosa Federación Internacional de Tenis. Y más. Le ponen un especial énfasis a la cancha de polvo de ladrillo confeccionada por la empresa GreenSet (su dueño es el ex tenista español Javier Sánchez, el hermano de Emilio y Arantxa) con elementos traídos desde Barcelona en barco y que a la propia Asociación le costó unos 50 mil euros.
¿Cómo se la instaló en dos semanas con unas 25 personas trabajando intensamente? En primer lugar, al parquet se lo cubrió con una membrana plástica para evitar que la humedad dañara la madera. Luego se cubrió la superficie con unas placas para distribuir la carga de escombros y, por último, por encima de ellos se arrojaron unos 220 metros cúbicos de polvo de ladrillo junto con una mezcla de cascote cerámico triturado, cenizas, cal y tierra roja que le otorga ese color “tipo Nesquik”, tal como lo describió el capitán Daniel Orsanic.
Esa última capa es la que, en definitiva, le da la velocidad a una cancha que es apenas el aperitivo de la cena. La frutilla del postre intentará ponerla el sábado un equipo que sueña con devolver al tenis argentino al lugar que se merece. Y que nunca debió perder.
Fuente: Clarín
