Djokovic le ganó uno de los mejores partidos de la historia a Roger Federer. Se definió en el tie-break del quinto por 7-3, luego de igualar 12-12. El serbio alzó su quinto trofeo en Wimbledon y sigue firme como número 1.
Al igual que en el 2018, Novak Djokovic se hizo grande en el césped de Wimbledon y se volvió a consagrar campeón en un torneo que lo tuvo en el más alto nivel. En una final super luchada y con un tenis de alto vuelo, el serbio derrotó a Roger Federer por 7-6, 1-6, 7-6, 4-6 y 13-12 y no sólo amplió la diferencia en el historial entre ambos, sino que seguirá al frente del ranking mundial.
El serbio y el suizo disputaron la final más larga de la historia del Grand Slam, que trajo por primera vez el tie-break en 12-12 tras el cambio de las reglas del torneo. El partido duró 4 horas y 55 minutos, superando la final entre Nadal y Federer de 2008 que había durado 4 horas, 48 minutos.
Con esta victoria, Djokovic, que este año también se coronó en el Abierto de Australia, conquistó su decimosexto título de Grand Slam y su quinta corona en el All England Club de Londres.
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En un partido sumamente parejo, fue Federer el que se quedó con el sabor más amargo, no solo por la derrota, sino porque Novak salvó dos puntos de partido y logró reponerse para conseguir la victoria.
«Creo que ésta fue, si no la final más excitante en la que haya tomado parte, sí una de los dos o tres mejores de mi carrera», afirmó el serbio al levantar el trofeo tras un quinto set de infarto que duró dos horas.
Fuente: TN
