Tras la paliza a Francia, Ginóbili (que fue especialmente a China) se fundió en un abrazo con Scola, ex compañero que la sigue rompiendo. Inolvidable.
Ese abrazo resume todo este momento. El ayer y el hoy. El mejor jugador de la historia del básquet argentino con el referente inoxidable. Manu Ginóbili viajó de Estados Unidos a Beijing para ver la semifinal del Mundial de Básquet y lo disfrutó desde afuera, con aplausos durante el partido y ese cruce post 80-66 contra Francia con Luis Scola.
Un gesto de cariño y afecto que emocionó. El gran Manu con el gran Luis, el mismo que había enfrentado en un Mundial en 2006 a Francia y que ahora, 13 años después, volvió a cruzarlo. Fue brillante lo que hizo, fue quien confió siempre en el equipo, fue quien le anticipó el año pasado al técnico que había tela para llegar a la semi, de mínima.